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por Zaid Morales

A lo largo del tiempo se ha tenido la concepción de que el psicoanálisis es una práctica ortodoxa y homófoba, por ello es importante, no sólo analizar las bases del psicoanálisis en su aproximación al tema de la sexualidad y la diversidad sexual, sino también mostrar cómo ha ido evolucionando a lo largo de más de cien años. El psicoanálisis no es una estructura ideológica inamovible, es una disciplina con un conjunto de técnicas y teorías que se han visto en la necesidad de modificarse y adaptarse a través del tiempo para cubrir las necesidades de salud mental de todas, todos y todes.

Sigmund Freud, considerado el padre del psicoanálisis, en “Tres ensayos de teoría sexual” (1905) hablaría ampliamente sobre lo que él consideraba fundante de la sexualidad humana, no desde una perspectiva médica o psiquiátrica, sino separando lo biológico de lo psíquico dando un gran peso a los procesos intrapsíquicos. En ese escrito Freud describiría cualquier práctica sexual que no estuviera relacionada con la reproducción como perversa, no desde una visión moralista o patologizante, sino desde el sentido estricto de la palabra: desviar, alterar, desordenar. Lo que Freud estaría diciendo es que cualquier expresión sexual, desde los besos hasta el cunnilingus o la felación, pasando por la homosexualidad y el lesbianismo, estaría desviando a la persona de una meta reproductiva, es decir, cualquier interacción entre dos personas que no tenga un interés de procrear es perversa.

En cuanto a lo LGBTIQ+, pensando este grupo de personas como una categoría de análisis sin intención de hacer generalizaciones, Freud nunca habló de ello como lo trabajamos hoy en día, pero sí habló explícitamente sobre la homosexualidad y el lesbianismo, y al hablar de estas dos expresiones de la sexualidad nunca hizo referencia a ellas como enfermedades o una problemática a tratar, al contrario, las describió como elecciones de pareja en la cual, así como en la heterosexualidad, una persona estaría poniendo su deseo y afecto en otra. Hay un caso muy famoso en el cuál una madre estadounidense envía una carta a Freud pidiendo consejo para la cura de su hijo homosexual, en su respuesta Freud dejaría muy clara su postura: no hay nada que curar y resulta una gran injusticia perseguir la homosexualidad como si se tratase de un crimen. Entonces, ¿de dónde surge la carga moralista, negativa y castigadora que se le atribuye al psicoanálisis?, esta visión estaría a cargo de quienes tuvieron una mala lectura de los escritos de Freud, incluyendo a psicoanalistas alemanes y americanos, médicos y psiquiatras, quienes rechazarían las ideas freudianas y convertirían al psicoanálisis en una herramienta para castigar cualquier práctica sexual que ellos no consideraran normal.

Si bien la idea de lo perverso, ya empapada de lo moral, contagió a las instituciones psicoanalíticas internacionales y permitió que varios terapeutas llevaran su práctica desde el estigma, el rechazo y sus creencias personales perdiendo la objetividad en su práctica, existirían psicoanalistas, como Jacques Lacan o Élisabeth Roudinesco, que retomarían las ideas del psicoanálisis freudiano y hablarían nuevamente de la homosexualidad y el lesbianismo como una expresión del erotismo humano. Otros como Robert Stoller y Joyce McDougall, harían una división entre lo realmente perverso (el deseo consciente de dañar a alguien) y las diversas expresiones sexuales como expresiones creativas de la sexualidad humana. Mientras que otros conjugarían el psicoanálisis con la sociología y la teoría queer (Silvia Bleichmar y Jorge N. Reitter) para hablar de lo LGBTIQ+ como categorías de análisis y trabajo complejas que requieren de un abordaje clínico y teórico amplio, flexible e incluyente.

Es justo reconocer que actualmente el psicoanálisis, por sí solo, se queda corto para abordar clínicamente la complejidad de cualquier persona sin importar su orientación sexual o identidad sexual/de género, es por ello que para trabajar dentro del consultorio con las sexualidades diversas, minoritarias, alternativas o no-heteronormadas (como sea que deseen ser nombradas), es imprescindible echar mano de otras teorías para lograr un entendimiento profundo de las vivencia particulares de estos grupos. Dos teorías que nos ayudan a hacer un buen trabajo interdisciplinario son la teoría queer y la psicología afirmativa, estas nos dan las herramientas necesarias para un entendimiento del mundo interno de nuestres pacientes LGBTIQ+ y sus experiencias de vida que, en caso de no tratarse de un terapeuta LGBTIQ+, pueden resultar ajenas y difíciles de comprender.

Una persona lesbiana, homosexual, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual o queer puede buscar una psicoterapia por las mismas razones que una persona que no es parte de la comunidad LGBTIQ+, depresión, ansiedad, fobias, estrés, problemáticas en la familia, con amistades, la pareja, la escuela y/o el trabajo, pero se debe tomar en cuenta que muchas de estas problemáticas son el resultado de dudas sobre la orientación sexual, la identidad sexual/de género, la no autoaceptación, dismorfia corporal, las complicaciones para ‘salir del clóset’, la LGBTIQfobia y el rechazo social, por lo que un trabajo psicoterapéutico adecuado debe llevarse fuera de la heteronorma y sin buscar parámetros de normalidad.

Dice Joyce McDougall que ninguna expresión de la sexualidad debe ser considerada un problema a menos que a la persona le cause conflicto, y si tratamos de cambiarlos, ¡el problema es nuestro y no de elles! Es por eso que en Vínculo Psicoanalítico nos ocupa crear espacios seguros para que las personas de la comunidad LGBTIQ+ puedan conseguir armonía, paz mental y las herramientas suficientes para enfrentar la vida y sus dificultades. Este es un espacio donde cabemos todas, todos y todes.


BIBLIOGRAFÍA

Bleichmar, S. (2014). Algunos conceptos para pensar la sexualidad en psicoanálisis. En Las teorías sexuales en psicoanálisis (pp. 9-29). Buenos Aires. Paidós

Fonseca, C. & Quintero, M.L. (enero-abril 2009). La teoría queer: la de-construcción de las sexualidades periféricas. En Sociológica. 69, pp. 43-60

Freud, S. (1905). Tres ensayos de teoría sexual. En Obras completas, tomo VII (2011, pp. 111-281). Buenos Aires. Amorrortu

McDougall, J. (1998). Las soluciones neosexuales. En Las mil caras del eros (pp. 223-237). Buenos Aires. Paidós

McDougall, J. (2012). Alegato por cierta anormalidad. En Alegato por cierta anormalidad (pp. 415-434). Buenos Aires. Paidós

Sáez, J. (2004). La homofobia del psicoanálisis. En Teoría queer y psicoanálisis (pp. 35-60). Madrid. Síntesis

 

Por Lizeth Loza

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